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martes, 26 de julio de 2011

Aquella noche apenas dormí:$, aunqué tampoco lo pasé muy mal...Ya estaba acostumbrada a no descansar, pues desde hacía unos día que no era capaz de concienciar el sueño.
A las 8:OO ya estaba despierta desde hace un buen rato, pero no tuve el valor de levantarme hasta las 10:00 . Así que sobre esa hora puse los pies en el suelo, arreglé mi habitación, desayuné, me di una ducha de las que duran horas, me vestí con la ropa más cómoda qué encontré y preparé una mochilita con las cosas imprescindibles: móvil, toalla para la playa (en mi pueblo es imprescindible, una no sabe cuando alguien puede invitarte a darte un baño), gafas de sol#, un billete de cinco, llaves y poco más. A ésto qué anduve camino a casa de Ruth. Estaba dispuesta a que me contara todo sobre esa cosa qué últimamente veía y la cual ella intentaba ocultar...


Así que allí estaba en cinco minutos, picando en su puerta esperando a qué se dignara por lo menos a abrirme la puerta! Sí la tuvo, por lo qué me abrió la puerta y me hizo sentarme mientras ella se cambiaba el pijama por una ropa más decente. La esperé, pensando qué sería muy fácil sonsacarle... A los veinte minutos se presentó y me dijo qué estaba lista para echar una vuelta. Pensé en sacarle el tema un poco más tarde, en caliente.  Anduvimos durante diez minutos, sin hablar exágeradamente como hacíamos siempre, sino con cautela, como si las dos intentáramos no molestar a la otra... Le solté la bomba rompiendo el silencio qué se había creado por falta de temas de conversación.
-Bueno tía, tienes qué explicarme lo qué pasó anoche. - le solté esperando una buena explicación.
-¿Anoche?-preguntó retóricamente... Aún así le contesté.
-Sí, anoche. Te pregunté si habías visto aquella sombra y me hiciste callar. Esperaba qué hoy me lo explicaras.-expuse muy segura de mí misma.
-¿Qué dices?-preguntó asustada mientras giraba la cabeza intentando no mirarme a los ojos.
-Ruth, no soy Tonta... Sé qué ocultas algo y la verdad, me asusta. No sé porqué lo haces, siempre nos hemos dicho las cosas a la cara, sin secretos. ¿Qué ha cambiado?
-Ha cambiado todo... -dijo- Me voy ... 
Se marchó andando rápido. Miraba hacia atrás de vez en cuando con cara de compasión. Me quedé paralizada, pues no sabía qué hacer, si huir yo también, si dejar el asunto y olvidarme, o si insistir y volverla loca. 
Me decidí por ir a la biblioteca. Me metería en internet y buscaría algo. Sería bastante más de lo qué tenía ahora. Así qué me dirigí allí. Me senté en el ordenador más lejano de miradas cotillas y niños pequeños qué practicaran sumas y puse en google: Playa del Cabo, sombras y agua. 


DANI

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